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¿Empreneder es para ti?

Micro Negocio Online

Los tres caminos principales
Los 3 caminos principales
Después de ver cientos de negocios online y unos años probando distintos modelos yo mismo, he llegado a una conclusión clara:
Existen tres caminos principales para construir un micro negocio online sólido y sostenible:
La vía del freelance 🤝
La vía del creador de contenido 🎙
La vía del maker digital 🛠
¿Hay más caminos? Sí, los hay. Pero muchos de ellos son trampas disfrazadas de atajos: negocios con muy pocas probabilidades de éxito, modelos que no resisten el paso del tiempo o directamente estructuras piramidales camufladas de oportunidad. Ya hablaremos de eso y, sobre todo, de cómo mantenerte lejos de esos fuegos artificiales.
Las rutas no son túneles, son caminos conectados 🔀
Una cosa importante antes de profundizar: no tienes que casarte con una sola vía.
Lo habitual es comenzar por una —por ejemplo, como freelance— y luego explorar las otras conforme tu negocio evoluciona.
Lo que empieza siendo un servicio 1 a 1 puede derivar en un producto digital o en una comunidad de pago. Lo bonito de los micronegocios es que son flexibles, y tú puedes adaptarlos según tu contexto, tus intereses o incluso tu energía. Y un mismo negocio puede ofrecer diferentes modelos de productos y servicios a la vez. Yo mismo como "Invierte Joven" ofrezco servicios 1a1 que requieren mi tiempo directo, pero a la vez ofrezco infoproductos y esta membresía.
🤝 El camino del freelance: empezar vendiendo tu tiempo (con cabeza)
Aunque no suene tan glamuroso como tener una app que factura mientras duermes, ofrecer tus servicios como freelance online es una de las mejores formas de empezar.
De hecho, es la puerta de entrada que más recomiendo si partes de cero.
¿Por qué?
Porque es simple de entender: tú tienes una habilidad o un conocimiento, alguien necesita eso, y está dispuesto a pagar por tu ayuda. Así de directo.
Ahora bien, hay dos razones por las que mucha gente descarta esta vía:
1. La mala fama.
El clásico “dejé mi trabajo para ser mi propio jefe y ahora tengo siete”, o el meme del freelance que nunca desconecta y vive encadenado al ordenador.
Y sí, al principio puede ser un poco así. Porque no solo haces el trabajo técnico, también llevas el marketing, las ventas, las facturas… Pero eso es parte del proceso de profesionalización.
2. Se dice que no es escalable.
Esto es un mito. Es cierto que vender tu tiempo tiene un techo, pero puedes hacer mucho para elevarlo:
Subir precios según tu posicionamiento.
Delegar partes del trabajo o crear procesos.
Pasar a un modelo híbrido donde combines servicios con productos digitales, cursos o membresías.
Además, muchos freelancers caen en la trampa de la “zona cómoda”: consiguen un par de clientes, cubren gastos y se quedan ahí, sin trabajar su marca personal, sin optimizar su forma de trabajar, sin explorar otras rutas.
Eso es lo que hace que el modelo freelance parezca agotador a largo plazo. Pero bien llevado, puede ser el trampolín perfecto hacia formas de negocio más libres.
Así que si estás considerando lanzar tu propio negocio online como freelance, empieza por aquí:
¿Qué sé hacer que pueda ayudar a otros?
¿Qué problema puedo resolver que alguien esté dispuesto a pagar por solucionar?
Como dijo Benjamin Franklin: “El talento no basta; también hace falta saber ponerlo en valor.”
Y eso, en esencia, es emprender.
🎙 El camino del creador de contenido
¿Sabes algo? Cuéntalo. Así de simple. Esa es la esencia de esta ruta: crear contenido y compartirlo con el mundo.
No necesitas ser un experto. El contenido puede informar, educar o entretener. Lo importante es que aporte valor a quien lo consume. Así es como empecé yo mismo: contando lo que sabía y aprendía de finanzas e inversión.
De las tres rutas, esta suele parecer la más exigente. No tanto por dificultad técnica, sino por la constancia que requiere. Ya sea que escribas un blog, grabes un podcast, publiques en YouTube o envíes una newsletter, mantener la regularidad puede resultar agotador. Especialmente al principio, cuando nadie te lee o escucha.
Pero hay dos grandes motivos para seguir este camino:
1️⃣ Aprender más y mejor. Cuando creas contenido sobre algo, lo entiendes de forma más profunda. Lo interiorizas. Por eso tantos freelancers comienzan también a compartir lo que saben. No solo mejoran ellos, también posicionan su conocimiento en público.
2️⃣ Construir una audiencia. Si aún no sabes qué vender, construir una comunidad es una gran forma de empezar. Escuchar a esa audiencia te revelará sus necesidades, y ahí estará la semilla de tu futura monetización.
Imagina que eres ilustrador digital y creas una newsletter semanal que llamas... Dibujando. ¿Cómo podrías monetizarla?
Ofreciendo servicios. Compartir lo que sabes te posiciona como referente. Te da credibilidad y hace que más personas quieran contratarte.
Patrocinios. Herramientas, academias o plataformas podrían pagarte por aparecer en tu contenido.
Afiliación. Algunas marcas te pagan por cada cliente que les lleves. Lo explicas en tu newsletter y, si encaja con tu audiencia, puedes generar ingresos.
Contenido premium. Puedes reservar parte de tu contenido solo para suscriptores de pago. Herramientas como Substack, Patreon o Mumbler te lo ponen fácil.
Donaciones. Aunque no es muy popular en el mercado hispano, es otra vía posible. Buy Me a Coffee, por ejemplo.
Publicidad en YouTube. Si adaptas tu contenido a vídeo, puedes subirlo y monetizarlo con anuncios.
Producto físico. Si eres ilustrador, ¿por qué no vender tus propias láminas? Tu audiencia puede ayudarte a elegir los diseños que más les gusten.
Producto digital. Aquí es donde se conecta con la ruta del maker digital: puedes vender recursos, plantillas, cursos o incluso un libro.
Como ves, las opciones son muchas. Abrir un blog o una newsletter es fácil. Lo difícil es destacar, generar interés y construir una audiencia real. Pero en las siguientes fases ya veremos cómo hacerlo.
🛠 El camino del creador digital (maker)
La tercera vía es crear productos digitales y venderlos.
La gran ventaja es su escalabilidad. Crear un ebook te lleva el mismo esfuerzo si lo compras tú solo o 10.000 personas. No hay logística, no hay stock, no hay envíos.
Los productos digitales suelen dividirse en dos tipos principales: infoproductos y software.
Infoproductos
Son productos donde el valor está en el contenido. No requieren conocimientos técnicos avanzados y suelen vincularse al camino del content creator. Algunos ejemplos:
Cursos online
Ebooks o audiolibros
Packs de recursos visuales (fotos, iconos, ilustraciones)
Software
Si sabes programar, o usas herramientas no-code, tienes todo un mundo por explorar. Puedes crear desde plantillas hasta aplicaciones completas. Aquí algunas ideas:
Plantillas para Notion, Excel o Figma
Plugins o extensiones
Apps o directorios
Marketplaces
Software como servicio (SaaS)
El modelo SaaS (como Zapier, Notion o Tally) funciona muy bien para micronegocios: generas ingresos recurrentes y más previsibles.
En resumen: no te limites a lo que ya existe. Los ejemplos son una guía, no un mapa cerrado. La innovación empieza cuando te atreves a probar lo que aún no se ha hecho.