La inversión en inmuebles consiste en adquirir propiedades, como viviendas, locales comerciales o terrenos, con el objetivo de generar ingresos o aumentar su valor a largo plazo. Es una de las formas de inversión más tradicionales y populares, ya que permite a los inversores obtener beneficios de dos maneras: a través del alquiler, que genera ingresos recurrentes, o mediante la revalorización del inmueble, que puede venderse en el futuro por un precio mayor al de compra.

Aunque la inversión en inmuebles ofrece estabilidad y es considerada menos volátil que otras formas de inversión como la renta variable, no está exenta de riesgos. Factores como la ubicación, el estado del mercado inmobiliario o cambios en la economía pueden afectar su rentabilidad. Además, requiere una importante cantidad de capital inicial y conlleva gastos asociados como mantenimiento, impuestos y gestión. No obstante, para quienes buscan diversificar su cartera y obtener ingresos pasivos, los inmuebles pueden ser una excelente opción de inversión a largo plazo.