La renta fija es una de las formas más seguras de inversión, especialmente para quienes buscan estabilidad y previsibilidad en sus rendimientos. A diferencia de la renta variable, donde los retornos pueden fluctuar considerablemente, la renta fija se refiere a inversiones en las que los pagos de intereses y el reembolso del capital están generalmente garantizados, como en bonos, letras del tesoro o pagarés.

Aunque la renta fija tiende a ofrecer menores rendimientos en comparación con la renta variable, también implica menos riesgo, ya que el valor de la inversión es menos propenso a las fluctuaciones del mercado y factores externos, como cambios económicos o políticos.

Es ideal para inversores que buscan proteger su capital y obtener ingresos estables a medio o largo plazo, sin estar expuestos a la volatilidad del mercado y para inversores que quieren reducir el riesgo de su cartera de renta variable.